En casi todas las frutas, las verduras, los cereales y la carne que se come diariamente se encuentra en pequeñas cantidades de hierro. Pero es aconsejable incluir en la dieta alguno de los siguientes alimentos, que son muy ricos en hierro también cumplen con otro de los requerimientos al mismo tiempo.
Pato sin piel.
Buey, cortes magros.
Hígado y otras vísceras (no muy a menudo).
Ostras (cocidas; no comerlas crudas).
Sardinas.
Col rizada y grelos.
Papas con piel.
Calabazas.
Espinacas.
Spirulina.
Legumbres.
Semillas de soya y sus productos.
Harina de algarrobas.
Melaza negra.
Frutos secos.